Calendario de actividades

Volver al calendario Sábado, 20 de Abril

Exposiciones


Cineteca Nacional de Chile


Otras actividades

Imagen

Finaliza exitoso Taller de poesía
intercultural: Voces de Abya Yala

Revisa algunos de los poemas realizados

Durante el mes de mayo CCLM, junto a Fundación Regazo y su proyecto MigraLab, realizó el taller online de poesía intercultural: Voces del Abya Yala”, enfocado a jóvenes mujeres de diversas comunas como Conchalí, Independencia, Lo Prado, Santiago, entre otras.

MigraLab es un proyecto de Fundación Regazo, que busca contribuir en la construcción de una sociedad intercultural y aportar desde la cultura a personas y familias migrantes.


A continuación compartimos algunos los trabajos realizados en el taller:

 

El bosque en plena madurez

El río de la memoria no fluye
varias piedras estancan el camino
el bosque húmedo oculta mis huellas,
la densa niebla
confunde a los animales
se cazan entre ellos
porque les hicieron creer a las presas que el enemigo vivía entre ellas,
que los cazadores son dioses benevolentes
y que la historia no necesita ser recordada
que las presas deben mantenerse calladas.
Se apropiaron de mi bosque
y los dejé.
Intenté
luché
ignoré
todos aquellos recuerdos de mi tierra.
Harta de lidiar con las almas perdidas,
fingí creer la historia de los colonizadores del bosque
porque la sobrevivencia lo es todo en el bosque.
La luna llena aparece,
intenta comunicarse
intento comunicarme
el sol regresa
pidiendo que recuerde,
esperando que su calidez me envuelva y me dé fuerzas.
Un aullido interno se instala en mi corazón
es mi parte aborigen
aquella hija de Abya Yala,
cuya presencia trata de manifestar
que pide a gritos, a gotas y al viento que no me rinda,
ante mi colonizada alma.

— Angeline Morgado Romero, 15 años, venezolana


¿Imata Munanqui?

Navego en el bosque de la mente
Me sumerjo hacia tus calles, amo recordarlas
¿Imata Munanqui?
¡Mírame! Soy todo menos tuya
Teñiste mi piel igualito al huairo
Pero no lograste teñir mi destino
¿Imata Munanqui?
¿De qué sirvieron tus comidas si tuve que escaparme de ti?
¿Imata Munanqui?
¿De qué sirvieron tus playas si ni siquiera pude conocerlas?
¡Me encariñaste tanto tierra!
Me cubriste con tus polleras coloridas
¿Imata Munanqui?
¿Qué me vaya y me sumerja en el mundo de los desempleados?
¿Qué vuelva a arriar a los asnos?
Me arrebataste el corazón y solo me queda maldecirte, porque volver a ti
No puedo…

— Deisy Estrada, 17 años, peruana


Tu, mi vida entera

He aquí una vez mas, escribiéndote
recordándote, tus ojos, tu risa , tu voz
Anhelando tenerte cerca,
viéndote lejos, con nostalgia y tristeza.
Verte ahí con tus regaños,
arrugas y cabellos blancos.
Tu que me lo has dado todo,
tus enseñanzas me hacen hoy
la mujer que soy.
Deseo regresar a tus brazos,
tu calor, tu hermosa sonrisa
que me hace olvidar todo a mi alrededor.
Te veo a ti, en mi hermana,
en cada una de sus mañas,
en aquellas empanadas que no te gustaban hacer.
Simplemente te veo a ti,
en cada paso que doy y en cada reflejo de su voz.

— Gitzabel Márquez, 16 años, venezolana


Jardín del recuerdo

Cada vez que escucho la trompeta
del panadero recuerdo los momentos lindos
que pasábamos, cuando alimentábamos
a los animales domésticos
el sonido era
melodía y alegría con mi abuela.

También recuerdo cuando mi abuela
me llevo a conocer a mi bisabuela,
que con solo verla era conocer el pasado.
Ahora ya ni te puedo abrazar,
¿acaso ese día será pronto?
porque no aguanto las ganas de volverlas a ver.
Ciudad de Trujillo,
ciudad de la eterna primavera
extraño tu cielo despejado que
al llegar la noche podía ver las estrellas.
Alegría y emoción seria volver
a la tierra y al país donde nací,
paciencias corazón mío
que pronto será.

Jardín sagrado recuerda
que familia está en todas partes
apoyándose y dándose lazos de amor
para que las flores siempre permanezcan vivas.

— Lesly Zabaleta Dávila, 15 años, peruana


Sin título, sin contenido

No hay pasado que por bien no venga
ni cruda vida que lo detenga
¿cómo desembarazarme de una historia que me ahoga?
que casta más corta, que genocidio extendido
la alegría no viene porque ya estamos vendidos.

Me encuentro en una cruz
extendida sin piel el juez no acepta mi luz.
El patriarcado es el juez.
¿De dónde has venido?
mi alma ha huido, no existe ecología que me recicle
grietas en tu cuerpo, en tu rostro, en tu útero
todo estaba prescrito, todo estaba contaminado.
Las aguas se abren, la tierra explota
ni Kai- kai podría salvarte, menos cristo salvaguardarte.

Anciana reina luna, tú mi benefactora
la que sana mis llagas, la que limpia mis estigmas
kuras mi alma, curas mi herida.

Cierro los ojos para sumergirme en ese dulce recuerdo
tu cálida mano me sujeta para no salir volando de esta tierra.
Que fácil es aprender a caminar
un movimiento, una danza, que ligero siento mis pasos
me disuelvo en tu regazo
porque a ti me pertenezco.

— Constanza Robbiano Vega, 22 años, chilena