Por la línea corre el tren
140 años de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado
140 años de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado
Atacama / Hamburgo
Creada por María Jesús Guarda, Karina Letelier y Paulo Letelier
FOTÓGRAFAS DE CHILE Y MÉXICO
Martín González Calderón fue invitado a exponer su trabajo a través del Centro Cultural La Moneda y hasta los días previos a su defunción se encontraba trabajando la exposición Magallanes junto a un equipo de producción, donde presentaría obras clave, réplicas de una embarcación y tres arpones que nos permitirían reconocer a través de ellas el patrimonio cultural del pueblo Yagán.
Nació en Haberton, y permaneció durante quince días ahí, hasta que junto a su familia navegaron a la Isla Mascart, pasando a Ushuaia, donde fue inscrito su nacimiento. En esta isla vivió junto a sus padres, y fue ahí donde también trabajó cazando nutrias. Su cercanía con el territorio lo llevó a desarrollar su pertenencia queriendo registrar los lugares más importantes para su historia y la de su pueblo, siendo así el protagonista del documental Tánana, estar listo para zarpar, el que grabó con el director del Museo Antropológico Martín Gusinde, Alberto Serrano, a quienes unió una profunda amistad que derivó en años trabajando juntos en pro del reconocimiento del pueblo Yagán su cultura y su identidad en el territorio.
Como parte de este trabajo, Martín no sólo trabajó con sus amigos y familia, sino que se dedicó a enseñar a niños, niñas, adolescentes y adultos sobre la cultura yagán, siendo dos de sus contenidos más importantes la lengua y la cestería.
Martín aprendió la cestería de su madre, y se lo enseñó a su hija, Claudia, quien también entiende esta práctica como parte del patrimonio que es de la memoria del pueblo el sostén. De su padre, aprendió sobre el territorio y navegación, construyó canoas y embarcaciones que hoy perduran en el Museo Histórico Río Seco y en el Museo Antropológico Martín Gusinde como réplicas y parte de las colecciones de estos museos y también del patrimonio cultural.
Junto a José González se desenvolvió junto al mar, con un remo y una vela de tela de algodón. Con sólo 12 años, ya salía con su padre en un bote de madera a cazar nutrias. Fue así como aprendió las historias de su pueblo, las tradiciones que le narraban en la paciente tranquilidad del mar.
Fue en ese mismo mar que el pueblo yagan se desenvolvió durante miles de años, por lo mismo su cercanía era parte de su cultura. De hecho, la familia de Martín fue una de las últimas que se mantuvo en las andanzas nómades. Una de sus artesanías más reconocidas son la manufactura de arpones, con los que ideó una técnica basada en los arpones de hueso abandonados que encontró en la Isla Navarino, construyendo así réplicas arqueológicas con el material original de sus antepasados: huesos de ballenas. Las mismas que estarían en la exposición Magallanes.
Este es un fragmento de la vida de Martín. Quienes lo conocieron pueden dar cuenta de su compromiso con el pueblo, su cultura y su patrimonio . Su trabajo no sólo es parte fundamental de la historia, sino que es la historia a través del rescate de la memoria, que honramos y recordamos desde CCLM.