Esa conexión popular fue la que la llevó a ser exitosa y con el tiempo, la televisión supo mantener viva esa conexión. Era casi un ritual que año a año se exhibía durante el mes de septiembre, conquistando así nuevas audiencias. Ello, hasta que la televisión abandonó este ritual, pero ya la película estaba instalada en el inconsciente colectivo nacional. He ahí un clásico.
Hay pocas películas nacionales que pueden contar con tantas generaciones cautivas y seguras de estar viendo un clásico chileno. El gran circo Chamorro es una de ellas, y esta versión restaurada por la Cineteca Nacional de Chile busca seguir renovando seguidores y llevarla a esos cautivos que aún buscan verla para renovar sus votos.
Su rescate no fue fácil. En la Fundación Chilena de las Imágenes en Movimiento, presidida por Abdullah Ommidvar, fueron depositadas las copias de casi todas las películas chilenas de José Bohr, entrega que hizo directamente Daniel Bohr, hijo del cineasta, poco tiempo después de la muerte de su padre. Con el tiempo, sólo quedó una copia en 16mm de El gran circo Chamorro que fue la que se usó de base para esta restauración.
Tras la limpieza y reparación de perforaciones, la copia se escaneó en formato 4K en el laboratorio de la Cineteca Nacional de Chile. Luego, se realizó una restauración digital de la imagen durante 2019. En este trabajo se borraron manchas y roturas de algunos foto- gramas, se corrigió el color y se quitaron los flicker (parpadeos de la imagen), especialmente en escenas con poca luz. La restauración de sonido fue realizada en una post-productora externa.