Como muchos otros cineastas de aquella época, Ricardo Larraín trabajó en publicidad realizando en su carrera más de 200 spots. Con la base de esa trayectoria y con la convicción de poder hacer un cine de mayor alcance en el país, funda las productoras Filmocentro-Cine y Cine XXI. Así, en 1989 estrena el documental Dime como bailas y te diré quien eres, el cual sigue a una pareja que triunfa en un concurso televisivo de baile. Un año antes, Ricardo Larraín forma parte del selecto grupo de realizadores que confecciona la recordada “franja del No” para el plebiscito de 1988 que termina con la dictadura militar. Por entonces es también elegido como director de la Asociación de Productores de Cine y Televisión de Chile.
Ya a comienzos de la nueva democracia, comienza a trabajar en su primer largometraje de ficción: La Frontera. Escrita junto al guionista argentino Jorge Goldenberg, la cinta tuvo su primer espaldarazo en el Concurso de guiones inéditos del Festival de La Habana de 1989. Estrenada finalmente el 25 de octubre de 1991 en Santiago, la película tiene una fuerte repercusión en la crítica y en el público. Se le considera entonces, junto a La luna en el espejo de Silvio Caiozzi, como representante de un nuevo renacer del cine chileno.
Estas buenas impresiones se confirman al año siguiente, cuando Larraín obtiene el Oso de Plata al Mejor director en el Festival de Cine de Berlín. Un galardón inédito entonces para el cine chileno. Ese mismo año La Frontera obtendrá también el Premio Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana, importante galardón entregado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
Pasarán seis años para que vuelva a estrenar una nueva producción. Titulado Raúl Silva Henríquez, el cardenal (1997), se trata de un documental centrado en la trascendental figura del sacerdote y defensor de los Derechos Humanos durante la dictadura. La producción obtiene el Primer Premio de largometraje documental en el Festival de Cine sobre Derechos Humanos en América Latina, realizado en Buenos Aires, Argentina.
Al año siguiente Ricardo Larraín regresa a la ficción con El entusiasmo, filmada en pleno desierto de Atacama. Protagonizada por las reconocidas actrices españolas Maribel Verdú y Carmen Maura, y con una trama donde se crítica al excesivo optimismo económico de la transición chilena, la cinta no alcanza finalmente la misma aceptación que su anterior largometraje.
Llegado el nuevo siglo, Ricardo Larraín estrena el alabado documental Pasos de baile (2000), en donde retoma, 12 años después, a los personajes de Dime como bailas y te diré quien eres. Ese mismo año es nombrado director del área dramática de Canal 13, cargo en el que se desempeña sólo durante un año. Seguirá, de todas formas, trabajando para la televisión, realizando el año 2005 el telefilme Alberto: ¿Quién sabe cuánto cuesta hacer un ojal?, centrado en la juventud de San Alberto Hurtado. Luego, el 2007, se une al ambicioso proyecto de Canal 13 titulado “Héroes”, una serie que se centra en los principales protagonistas de la Independencia del país. Larraín dirige el primer episodio titulado O’Higgins, vivir para merecer su nombre.
Paralelo a estos trabajos, el año 2004 ayuda a crear la Asociación Gremial de Directores y Guionistas de Chile, mientras que el 2006 funda y dirige la Escuela de Cine de la Universidad Mayor. Es en este mismo año en donde es diagnosticado de linfoma de no-Hodgkin, enfermedad que sobrelleva durante casi una década.
Así, el año 2008 retorna a la pantalla grande con la comedia Chile puede, escrita y protagonizada por Boris Quercia, quien encarna al improvisado primer astronauta chileno en llegar al espacio. El 2011 produce el documental Mauchos, dirigido por Sebastián Moreno, el cual se centra en las catastróficas consecuencias del terremoto del 27 de febrero de 2010 en la ciudad de Constitución.
Pero durante estos últimos años su gran interés fue continuar trabajando con la figura de Bernardo O’Higgins. Así, el 2014 produce y dirige la serie El niño rojo, la cual es emitida en Mega en el mes de octubre y que retrata la niñez y juventud del prócer. Paralelamente, estrena un corte en salas de cines.
Su idea era realizar una trilogía centrada en el Padre de la Patria, para el cual ya había obtenido financiamiento para la segunda parte, titulada El guerrero enamorado, la que ya estaba produciendo y que se centraría en la vida sentimental de O’Higgins. La saga culminaría con un filme enfocado en sus años en el exilio.
En la noche de este lunes 21 de marzo, cerca de las 20 horas y a los 58 años, falleció víctima del cáncer linfático que sufría desde el año 2006.