Andacollo fue el primer gran hito, realizado en 1958, con dinero surgido de sus propios bolsillos, dinero que salía de muebles, autos o cualquier bien que podían vender con tal hacer cine. Fue así siempre con cada película. Andacollo sigue la festividad del norte chico del país, que se celebra en aquel lugar entre el 23 y el 27 de diciembre. La película en fuertes colores, mostraba con cercanía y fuerza la devoción del pueblo. Fue, el pueblo,la gran preocupación de ambos.
La película impactó y era puntal de un cine chileno que quería nacer de nuevo. Las intenciones de ambos coincidieron con las de Sergio Bravo que paralelamente realizaba Mimbre y con Rafael Sánchez, que filmaba Las callampas.
Y vendrían más filmes con esta misma impronta: Los artistas plásticos de Chile, de 1960 (filmada en el inédito formato Cinemascope, el mismo de las grandes producciones hollywoodenses), San Pedro de Atacama, de 1964 y la poética e imprescindible Isla de Pascua, de 1965, esta última, quizás su proyecto más ansiado, que se pensaba perdido y que hoy, al fin, vuelve a ver la luz para comprobar que es una verdadera obra maestra de nuestro cine.
Todas vuelven en versiones restauradas digitalmente y liberadas de forma gratuita, acompañadas de un libro con su biofilmografía y una inédita entrevista de 1980 realizada por David Vera Meiggs, material que será distribuido entre académicos, escuelas, universidades y colaboradores en formato DVD.
Con todo esto, las nuevas generaciones podrán acercarse no sólo a grandes películas, sino a una obra que marca un verdadero hito en nuestro cine. Porque como dijo el mismo David Vera Meiggs, “antes de ellos se filmaron películas en Chile como en cualquier parte. Después de ellos se filmó cine chileno propiamente tal”.