En el caso del cine chileno, su presencia no es históricamente abundante, aunque en las primeras décadas la presencia de obreros se colaba entre filmes que registraban labores mineras. Documentales como La industria del salitre (1915) y Mineral El Teniente (1919), visibilizaban de alguna forma a los trabajadores del salitre y del cobre. Esta última realización, realizada por el cineasta italiano radicado en Chile Salvador Giambastianni, por encargo de la Braden Copper Company, la compañía norteamericana dueña del yacimiento. La cinta posee decidores escenas de las duras faenas mineras, incluso con niños trabajando. Un filme que afortunadamente ha resistido el paso del tiempo y que forma parte del acervo de la Cineteca Nacional de Chile y que presentamos en este especial.
Además, adjuntamos otros cuatro documentales relacionados con esta misma temática. Primero, Los funerales de Luis Emilio Recabarren (1924), otra joya que aún sobrevive gracias a la labor de la Cineteca Nacional de Chile; Dolores (1984), dirigido por Joaquín Eyzaguirre sobre mujeres mapuche que trabajan como empleadas de casas particulares en Temuco; Carbón (1990), de Claudio di Girólamo, que realiza un honesto documental que relata el día a día en la mina de carbón de Lota; finalmente, Chile, una larga y cuerda geografía sindical (1992), de Andrés Vargas del Grupo Progreso, que confecciona una útil historia, desarrollo y construcción del movimiento sindical chileno.
Por último, dos documentales centrados en la minería: Crónica del salitre (1971, Angelina Vásquez) y Chuqui-Cámac (1966, Fernando Balmaceda).