Bauhaus

“La exposición intenta unir el lenguaje heredado de la Bauhaus con la expresión desarrollada por diseñadores y diseñadoras chilenos en torno a querer Ser Moderno. Y eso fue posible por la expansión de los maestros y alumnos de la Bauhaus en América. Desde muy temprano comenzaron a llegar por exilio quienes se habían formado ahí y que pasaron a ser parte de la influencia que traían dentro de las escuelas de arquitectura de la época y posteriormente de los programas de las primeras escuelas de diseño en la Universidad de Chile y Universidad Católica”, explica Hernán Garfias, diseñador y curador de la exposición.

La influencia de la Bauhaus en Chile se manifiesta en la selección de objetos que componen la exposición a través de la simplicidad de las formas, la funcionalidad, las conexiones estéticas con el arte contemporáneo, los colores básicos, la geometría, el purismo y un espíritu de vanguardia más allá de modas pasajeras y tendientes a comunicar el Ser Moderno.  Bauhaus. Influencia en el diseño chileno reúne piezas notables de mobiliario, como la silla de madera y lona de Juan Ignacio Baixas, que fue seleccionada para ser parte de la colección permanente del MOMA de Nueva York.

“Bajo el concepto ‘menos es más’, la escuela Bauhaus buscó desde sus inicios crear obras que entregaran soluciones prácticas y sencillas a las demandas sociales de su época, retomando en este camino la unidad perdida entre artesanía y arte, revalorizando las prácticas de las artes y oficios y eliminando las jerarquías entre artista y artesano. Conocer cómo esta escuela ha influido en las creaciones de este territorio nos invita a revisar nuestra relación entre el arte, la arquitectura y el diseño, y cómo sus vínculos permiten imaginar y proyectar un futuro para los habitantes”, asegura Beatriz Bustos Oyanedel, Directora de Centro Cultural La Moneda.

Bauhaus en Chile

Para muchos alemanes es sorprendente ver la influencia de la Bauhaus en la arquitectura chilena. El contexto político nacional en la segunda década del siglo XX sintonizaba con los principios de la célebre escuela alemana, orientada hacia una ciudad moderna y con un énfasis social. En Chile, tal como en Alemania, los maestros lograron transmitir la posibilidad de construir, gracias al desarrollo tecno-industrial, un mundo nuevo. Sobre esa base se han proyectado ciudades, universidades, conjuntos de edificios, barrios, diseño industrial y gráfica de objetos.

Hasta los años ‘70, Chile fue permeable a las estéticas Bauhaus en arquitectura y diseño, lo que queda de manifiesto en la edificación de casas barco, de fachadas curvas y blancas, con ojo de buey, grandes ventanales y formas muy geométricas. Existen en Santiago edificios tan emblemáticos como “el barco” de Sergio Larraín o la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, de Juan Martínez Gutiérrez, sumados a hospitales, escuelas y edificios cívicos que recogen este lenguaje. En Lota, la fábrica de cerámicas diseñó piezas con formas geométricas y colores básicos.

Los arquitectos y profesores incidieron directamente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, y la posterior creación de la Escuela de Diseño, en directa relación con los principios de la Bauhaus. También influyeron en el devenir de las artes visuales, como en la creación del Taller 99, liderado por Nemesio Antúnez, la Bienal de Grabado y los cursos de Color de Eduardo Vilches en la UC.

Influido por los herederos de la Bauhaus, Chile nació al ser moderno y dio sus primeros pasos al desarrollo, con un crecimiento de la minería, la construcción de nuevos puertos y aeropuertos, las carreteras de norte a sur, el ferrocarril, el Metro de Santiago, las empresas navieras, el desarrollo urbano, la Ciudad Jardín, las Torres San Borja y Tajamar, los pasos fronterizos, las represas eléctricas, la canalización de las aguas y la línea aérea para conectarnos con el mundo.

La nueva  industria del  mobiliario se fue alejando de la imitación de estilos ingleses y franceses de siglos anteriores para diseñar y fabricar las primeras líneas para oficinas, en madera y metal. Los jóvenes arquitectos de la Universidad Católica, Jaime Garretón y Cristián Valdés, crearon la fábrica Singal, elaborando escritorios, sillas, sillones, mesas y pisos de líneas funcionalistas y colores básicos, hechos con madera moldeada. En el mismo periodo comenzó el auge de la industria metalmecánica, con la aparición de Mademsa, Fensa, Somela, Sindelen, IRT, Bolocco, Sunimet, entre otras marcas.

En la segunda década del siglo XXI, se generaron instancias estatales para la difusión e internacionalización del diseño chileno, el que ha crecido con participaciones en eventos del mundo, como 100% Design London, Salone Satellite Milano, Design Junction, London Design Week, Wanted Design New York, entre otros.

Hace algunos años, el Centro Cultural La Moneda extendió las actividades de su Galería del Diseño (la primera dedicada a esta disciplina en Chile), con la exposición Hitos del diseño del siglo XX, que contempló modelos de sillas diseñadas por la Bauhaus. La presente exposición da continuidad y profundiza esa instancia, demostrando cómo la escuela alemana, que hoy cumple 100 años, dejó en Chile una huella profunda y presente en el quehacer actual de diseñadores y diseñadoras.