
BETHLEHEM REBORN
LAS MARAVILLAS DE LA NATIVIDAD
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Humanismo y compromiso social
Premio Rodrigo Rojas de Negri
Saberes, territorios y materias
Creada por María Jesús Guarda, Karina Letelier y Paulo Letelier
Recorridos mediados con enfoque de género
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Explora el mundo de la literatura infantil sueca
Los orígenes del cine nacional se han logrado ubicar en el año 1897, con las primeras filmaciones realizadas en Chile por Luis Oddó en Iquique. En estos 127 años de historia se han vivido épocas de luces y otras de sombras, todas reflejando distintos aspectos de la realidad de nuestro país. La selección que acá presentamos muestra películas representativas de diversos momentos del desarrollo de la cinematografía chilena.
Foto del encabezado: Alejandro Cohen, Luis Alarcón y Carmen Bueno en el rodaje de “A la sombra del sol” (Silvio Caiozzi y Pablo Perelman, 1974)
Películas del especial
Si bien se sabe de filmaciones anteriores, hechas en 1897 y 1900, la película chilena más antigua que podemos ver a la fecha es Ejercicio jeneral [sic] del cuerpo de bomberos (No identificado, 1902).
Manuel Rodríguez (Adolfo Urzúa Rosas, 1910) es considerada la primera película chilena de ficción, fue realizada con motivo del Centenario de la República. Duraba aproximadamente 20 minutos, actualmente se conserva sólo este fragmento.
Película restaurada por la Cineteca Nacional de Chile.
La transmisión del mando 1920-1925 (Alfredo Serey y Nicolás Martínez, 1921) es la primera película de dibujos animados realizada en Chile. Fue producida por la National Films de Santiago y codirigida por Alfredo Serey y Nicolás Martínez. Entre los dos hicieron 20.000 cartones para una cinta que no tiene más de 200 metros, lo que serían 5 minutos, aproximadamente. Por la novedad que significó el filme, el mismo Presidente Alessandri invitó a La Moneda a los realizadores para felicitarlos. Aunque el filme era rico en ingenio, adolecía de muchas carencias técnicas. Los dibujos eran casi estáticos. Aunque Alfredo Serey anticipó la realización de un nuevo proyecto animado, nunca volvió a incursionar en el cine.
(Fuente: Animación, la magia en movimiento, de Vivienne Barry)
Dentro de la política de industrialización de los gobiernos radicales, se creó la productora estatal Chile Films con la idea de generar una producción cinematográfica a gran escala similar a las de México o Argentina. Sin embargo los malos manejos y fracasos de taquilla hicieron que el proyecto no lograra sobrevivir a la siguiente década. Ejemplo de esta época es La dama de la muerte (Carlos Hugo Christensen, 1946) la que tiene el mérito de ser el primer antecedente del cine de terror-suspenso en Chile.
Tras el fracaso de la experiencia del cine de industria, muchos realizadores salen de los estudios a retratar el país que fue ignorado durante la época de las grandes productoras. Uno de los primeros casos exitosos de esto es el documental Andacollo (Nieves Yankovic y Jorge di Lauro, 1958), el que, además de sus méritos cinematográficos, cuenta con música interpretada por Violeta Parra.
La creación de cine clubes y la llegada de la televisión, sumada a la experiencia obtenida en los grandes estudios, confluye en la aparición de realizadores y películas que buscan romper con el estilo tradicional de cine industrial de Hollywood y definir un tipo de cine propiamente chileno. Es en este proceso que Álvaro Covacevich dirige Morir un poco (1966), película que mezcla la ficción con el documental y lo experimental, siendo una obra que se revelaría como un antecedente del movimiento que surgiría a fines de la década.
Recogiendo el interés por retratar a Chile filmando en la calle, y fuertemente influenciados por el neorrealismo italiano y, en menor medida, por la nueva ola francesa, una serie de directores tales como Raúl Ruiz, Miguel Littin o Aldo Francia realizan filmes que hoy son considerados clásicos. Una de las primeras obras del llamado “Nuevo Cine Chileno” es Valparaíso mi amor (Aldo Francia, 1969).
Tras el golpe de Estado de 1973 la actividad cinematográfica en Chile decae ostensiblemente. Sin fomento público ni privado para el cine y con censura en televisión y otros medios, la nueva tecnología del video emerge como alternativa al discurso oficial, gracias a su bajo costo y facilidad de uso. Muchas producciones, principalmente documentales, son exhibidas en circuitos “subterráneos” como parroquias, sindicatos y otras organizaciones. Caminito al cielo (Sergio Navarro, 1989) nos muestra a un sector social que ha sido olvidado por la sociedad, invisibilizado por la televisión y se mantiene al margen de los discursos oficiales.
La tecnología digital democratiza la producción de películas; los equipos son pequeños y de gran calidad y se puede editar en casa. La hiperconexión permite que cualquiera pueda exhibir sus obras desde cualquier lugar del mundo. Grabado completamente con dispositivos móviles y en distintos países durante el confinamiento producto del covid19, Monstruo herido (Daniel Peralta, 2020) es un testimonio del cine chileno del siglo XXI.
Película de Cineteca Online
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